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LOS PUEBLOS RIOJANOS ANTE LA OPORTUNIDAD DE RESPONDER A LAS NECESIDADES DE UNA SOCIEDAD AFECTADA POR LA PANDEMIA DE LA COVID-19

Los municipios rurales de La Rioja tienen la oportunidad de demostrar su capacidad, acelerar su conectividad digital y prepararse para incubar nuevos proyectos empresariales que fijen y aumenten su población, dando respuesta a las necesidades de una sociedad marcada por los estragos de la pandemia de la COVID-19

Sirvan mis primeras líneas del artículo para un emocionado recuerdo de cuantas personas sufren y han sufrido las terribles consecuencias de esta pandemia, especialmente de familias y allegados de aquellos que nos han dejado y de quienes luchan contra este inesperado y maldito virus.

Marzo de 2020, el mes en el que empezó a cambiar todo para siempre

Cuando a principios del 2020, la pandemia de la COVID-19 empezó a cambiarlo todo para siempre y en un primer momento todos los esfuerzos se centraron, como no podía ser de otra manera, en contener la propagación de contagios y asegurar la asistencia sanitaria de las personas enfermas, el debate sobre el reto demográfico quedó relegado, poniendo en grave riesgo las peticiones de ayuda urgente de una España rural que se desangra demográficamente a pasos agigantados por el envejecimiento, la despoblación y sus propias consecuencias que afectan directamente a la calidad de servicios esenciales que se prestan en esos territorios.

Un cambio repentino en las reglas del juego de la sociedad

Esta situación inédita en nuestra historia reciente ha cambiado por completo en un abrir y cerrar de ojos, el tablero de juego en prácticamente todos los ámbitos de nuestras vidas, aflorando las fortalezas y debilidades de una sociedad que ha comprobado los riesgos de las masificaciones y de depender de la producción de otros países en una situación de grave crisis global y en la que se ha demostrado la importancia de un sector primario que tuvo que aparcar sus reivindicaciones para centrarse en asegurar el abastecimiento urgente de los mercados durante el confinamiento. 

Durante los primeros meses de la pandemia en España también se cuestionó la sostenibilidad de nuestros modelos de desarrollo y quedó patente que la legislación de las primeras semanas se promulgó pensando en entornos urbanos amplios sin tener en cuenta la realidad de las zonas rurales con normas que afectabas directamente a la propia esencia del entorno rural, como lo fueron algunos ejemplos como la prohibición del autoabastecimiento de alimentos o la recogida de leña para aquellos residentes que no fueran profesionales del sector.

¿El mundo rural se ha debilitado ante la pandemia de la COVID-19?

Todo lo contrario, los municipios más pequeños han demostrado ser más resilientes que las ciudades. Su densidad de población y la facilidad para asegurar aspectos clave como el distanciamiento social o la gestión de riesgos, han jugado a favor de los pueblos, reflejado en la escasa incidencia de casos positivos detectados en las poblaciones más pequeñas, tal y como se observa en los datos actualizados por municipios, publicados en julio por el Gobierno de La Rioja.

Los pueblos riojanos van a demostrar su capacidad real

El mundo rural de La Rioja tiene ante sí la oportunidad de dar respuestas a las necesidades de una sociedad muy afectada por la pandemia de la COVID-19, una sociedad que verá como la manera de vivir en los grandes núcleos también cambiará.

La transformación digital: teletrabajo desde el pueblo al resto del mundo

Uno de los cambios que ha acelerado esta pandemia es la transformación digital en el ámbito laboral. Con la implantación, a marchas forzadas, del Teletrabajo, muchos residentes en grandes núcleos urbanos se han cuestionado si realmente merece la pena el coste real de vivir “cerca” de la oficina, llegando a analizar fríamente si compensaba pagar el precio de alquiler o de hipoteca en los niveles en los que están actualmente en grandes ciudades, o de seguir asumiendo el tiempo diario en los desplazamientos de casa al trabajo y viceversa. Los municipios riojanos son lugares idóneos para atraer a esas familias que podrían desarrollar desde los pequeños municipios, el teletrabajo a entidades de cualquier otra parte de España o del mundo, no sin antes, asegurar el cumplimiento de dos elementos fundamentales: garantizar la conectividad del municipio y contar con inmuebles disponibles para entrar a vivir, en alquiler o en propiedad.

Precisamente, el Centro Riojano de Madrid fue testigo, un año antes del estallido de la pandemia, de la presentación del proyecto ‘RepoblAcción’, una iniciativa emblemática que trataba de atraer el talento a los pueblos riojanos mediante la creación de nuevos empleos y la implantación del teletrabajo.   

Servicios y productos de ‘Kilómetro 0’: Oportunidad para emprender en el mundo rural

Hemos comprobado que quizá no era tan buena depender de otros territorios en productos o servicios esenciales, ya que, ante un problema, cada territorio priorizará sus propias necesidades.

Es por ello que otra oportunidad del mundo rural riojano es el de potenciar los productos y servicios de ‘Kilómetro 0’, es decir, atraer industrias y recuperar o potenciar profesiones esenciales para prestar esos servicios de manera presencial en la zona, sin que esto sea incompatible con la transformación digital del comercio, o lo que es lo mismo, que una industria o comercio ubicado en un pueblo de La Rioja, gracias a Internet, pueda  tener clientes en cualquier otra parte del mundo. También al revés, el crecimiento de opciones online para recibir cualquier tipo de mercancía de cualquier parte del mundo en nuestro domicilio, demuestra que no existe el mito del “desabastecimiento” en el mundo rural.

En La Rioja contamos con el Plan Emprenderioja, un programa gubernativo para atraer y apoyar iniciativas emprendedoras, especialmente necesario en un momento en el que, de cumplirse las peores previsiones, veremos un incremento notable de los niveles de desempleo. Otra oportunidad más de los pueblos de La Rioja para aprovechar el talento de personas que van a ver como se destruyen sus actuales empleos por la actual coyuntura económica agravada por la pandemia.  

Crecimiento del turismo no masificado

Otro de los cambios en los hábitos de la población a raíz de la pandemia ha sido precisamente en el ocio y las vacaciones. Las generaciones más jóvenes venían priorizando las salidas a otros países o a zonas de costa, pero el cierre o control de fronteras y otras restricciones, están motivando escapadas de interior, de forma individual, en pareja o en grupos reducidos, por lo que aquí los pueblos riojanos también tienen la oportunidad de potenciar todos sus atractivos y seducir a esos turistas nacionales con los recursos y costumbres que cada municipio riojano tiene. 

El propio patrimonio de La Rioja, la red de alojamientos rurales y las empresas de ocio en la naturaleza, tienen la capacidad de ofrecer a todos esos turistas unas experiencias inolvidables en nuestra tierra, una zona en la que apenas hay distancias y todo está cerca.

Un turismo seguro, responsable y cada vez más saludable, tal y como se demuestra en el compromiso de muchos pequeños municipios riojanos adhiriéndose a la iniciativa emblemática ‘La Rioja Cardioprotegida’.

Los colegios rurales, formación presencial y segura

Los centros escolares de los grandes núcleos van a verse obligados a una reducción de ratios en las aulas, y las autoridades educativas llevan tiempo pensando en fórmulas para combinar la formación presencial con las recomendaciones sanitarias, llegando a plantearse que los alumnos alternen entre semanas presenciales y teleformación en sus viviendas.

Aquí las mancomunidades rurales de La Rioja también pueden poner en valor el buen nivel educativo de sus Colegios Rurales Agrupados, y ponerlos a disposición de todas aquellas familias con menores a su cargo que precisamente quieran iniciar una nueva vida en uno de los pueblos riojanos, donde trabajarán o teletrabajarán y residirán con una calidad de vida muy alta.

En conclusión, el mundo rural riojano, una oportunidad saludable para disfrutar viviendo.

Los pueblos de La Rioja tienen que ser capaces de demostrar que sus recursos merecen la pena para atraer y fidelizar a nuevos turistas; deben aprovechar y potenciar la transformación digital para posibilitar que sus residentes disfruten del ocio online y hagan teletrabajo desde el municipio; confirmar su apoyo a la creación de nuevos negocios o potenciar los existentes para asegurar el empleo y los servicios y productos para autoabastecer la zona y potenciar sus colegios rurales agrupados para garantizar la educación de los más pequeños y una mejor conciliación de la vida familiar y laboral.

Es el momento de superar complejos. Los pueblos de La Rioja garantizan el distanciamiento social, con un Coste de Vida proporcionalmente más bajo al de grandes núcleos y tienen todos los recursos necesarios para disfrutar con una calidad de vida alta y segura. Un reto que deberán afrontar conjuntamente las mancomunidades y las diferentes administraciones autonómicas, nacionales y también, europeas, con la Agenda 2030 encima de la mesa.

En definitiva, los pueblos de La Rioja tienen ante sí el reto de ofrecer al conjunto de la sociedad todos sus recursos y capacidades para paliar los estragos de la pandemia.

José María Marcolaín Samaniego
Empresario y DIRSE
Presidente de FER Joven
Vicepresidente de la Asociación Nacional por el Reto Demográfico

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