EL QUE FUÉ, ES Y SERÁ (4ª y última parte)
“Joselito.
¿Por qué vamos a llamar Gallito Chico a este enorme torerazo?. ¿Chico? No lo es de estatura. No lo es de sabiduría. No lo es de corazón. Ni de gracia ni de salsa torera.
Gallito Chico, no.
Joselito. Y apriétense ustedes—me dirijo a todos los señores que peinan coleta—las respectivas taleguillas, porque este niño viene arreando de verdad”. Don Modesto.
Temporada 1920.
1920 fue la última temporadadel más grande de los toreros. Fueron solo 20 las corridas en las que actuó; estoqueando un total de 43 toros. Con Belmonte compartió 15 tardes, 3 de ellas los dos como únicos espadas. Con Sánchez Mejías fueron 11 y 2 mano a mano. Y con “Chicuelo”, que traía en sus manos un toreo de arte y ligazón, se vieron 6 actuaciones. Joselito regresó a España el día de su santo, un 19 de marzo, por el puerto de Cádiz, donde le dieron un caluroso recibimiento. Pero se perdió torear ese día en las plazas que otros años tantos éxitos había conseguido, Barcelona y Valencia. Así que, El “Maravilla” empezó entonces a torear “tó seguío, tó seguío”, sin descansar un momento; volviendo más valiente que nunca y muy comprometido con ganarse el clamor del público cada tarde.
Después de unos días de descanso en la finca del Marqués de Tamarón, el diestro comenzó la temporada el 4 de abril (domingo de Ramos) en La Maestranza de Sevilla durante la Pascua de Resurrección. Joselito no pisaba la plaza del “Baratillo” desde que toreó en la inauguración de La Monumental el 6 de junio de 1918. Este año tuvo que dar su brazo a torcer, porque la empresa de La Maestranza también se quedó con la gestión de La Monumental, plaza en la que tanto empeño puso que se construyera para desbancar a la del barrio del Arenal y convertir los toros en un espectáculo de masas. La empresa cerró la feria con tres corridas en cada recinto taurino. Esa tarde Joselito lidió toros de González Nadín, recibiendo muchas palmas en su primero y pitos en su segundo. Mejías cortó oreja al tercero.
Al día siguiente, 5 de abril, confirmó el doctorado a su querido cuñado Ignacio Sánchez Mejías. Fue en Madrid, siendo los testigos Belmonte y “Varelito”. Los cuatro diestros lidiaron toros de D. Vicente Martínez (gordos y terciados). “Gallito” corto su última oreja en esta plaza, la número 17.
En la Feria de Abril de Sevilla se celebraron seis corridas ese año, repartidas entre La Monumental y La Maestranza. Según contó Corrochano se consiguieron unir a los partidarios de Joselito y Belmonte.
“Este año los dos patios rivales se han hecho amigos y sellan esta paz celebrando tres corridas en honor de Gallito los vecinos del patio de Belmonte, y tres corridas en honor de Belmonte los vecinos del patio de Gallito”.
El 19 de abril (2ª de Feria) Joselito toreó con los hermanos Belmonte en La Maestranza reses de Tamarón. A su primero le dio dos medias estocadas y descabello. Pero al cuarto no le quiso ni ver por chico y feo. Pidió que le toreara su puntillero, y en el último tercio salió Joselito, le pegó un pase y le calzó un bajonazo que pa qué. Belmonte hizo lo mismo en su siguiente toro, se dice que indignado por estar en su plaza; y se quitó de en medio al del Marqués sin que nadie protestara al morlaco, pero si al Maestro.
El 21 de abril (4ª de Feria y ya en la Monumental), Joselito lidió reses de Carmen de Federico alternando con Belmontito y Sánchez Mejías. Fue una tarde aburridísima, desde el primero (fogueado), hasta el último. En la del 22 de abril, también en La Monumental, Joselito toreó con Belmonte que debutaba en esta plaza. “Chicuelo” cerraba el cartel. Los toros fueron 6 de Guadalest (bien presentados, pero blandos y sin nervio). Juan y Jose venían con ganas de desquitarse. Joselito estuvo muy valiente en su primero, recibiendo grandes ovaciones. En su segundo realizó una completa lidia que fue el disfrute de la tarde y en la que brilló en todos los tercios. Vuelta al ruedo. Belmonte se llevó palmas y pitos, porque pinchó 4 veces. A “Chicuelo” ni se le vio.
Al día siguiente y última de Feria, repitió Joselito en la misma plaza siendo la última vez que toreó en La Monumental. En el cartel se lidiaron 8 toros de Miura. No estuvieron a la altura, fueron poco bravos, muy vulgares en presentación y resultado. “Gallito” recibió una gran ovación de toda la plaza cuando terminó el festejo. Destacar la faena de muleta que le recitó al segundo de su lote y el par de banderillas al último de la tarde pegando su espalda a las tablas y dándole todas las ventajas al morlaco. Mató en todo lo alto. Belmonte se fue sin haber ido. “Varelito” sin comentarios. Y Sánchez Mejías se llevó pitos y palmas.
El 28 de abril toreó su última corrida en la Real Maestranza de Sevilla en Beneficio de la Cruz Roja. Lidió mano a mano con Belmonte ganado de Gamero Cívico (antes Parladé). El festejo contó con la presencia de la Reina Victoria Eugenia. Los dos diestros salvaron con decoro su actuación, siendo agasajados con regalos por su graciosa majestad.
El 6 de mayo toreó por última vez en La Monumental de Barcelona; alternando con Sánchez Mejías y despachando toros de Santa Coloma. Joselito estuvo superior; siendo premiada su labor con cuatro orejas y dos rabos.
El 15 de mayo, día de San Isidro, no fue una buena tarde para Joselito. Era la 5ª del abono madrileño. Torearon “Gallito”, Belmonte y Sánchez Mejías. Los diestros recibieron una gran pitada de bienvenida durante el paseillo. La ganadería anunciada de Albaserrada, fue sustituida por la mañana (según se dijo estaban cansados del viaje), por la de Dña. Carmen de Federico (antesMurube). Según las crónicas estaban peor aún por estar afectados por glosopeda.
El primero ya fue problemático. Era negro, fino, bonito y bravo, pero no dio la talla. Dobló las manos al poco de hacer su aparición y el público protestó. El toro volvió a hacer lo mismo en banderillas y aquello desató la irá en los tendidos. El cronista “Clarito” escribió en “El Liberal”:
“Allí, en la delantera del tendido 10, una linda muchacha vestida de blanco, puesta en pie, increpaba al torero. Allí, en lugar muy próximo al de algunos incondicionales del torero, era una mujer la que volvía por los fueros de la fiesta: ¡Toree toros; usted que dicen que puede- me han asegurado que gritaba. En aquel instante fue una pícara almohadilla a dar en la faz del torero, y no sé yo cuál de las dos cosas influyó más; pero el diestro, rápidamente, tiró la espada y la muleta: Joselito contestó: ¡Ea; yo no toreo eso!… Y la Presidencia dispuso que se retirase el toro.
Pero no fue tan fácil. El bicho no hizo ni caso a los cabestros y se negó hasta tres veces, teniendo que salir “Josele”, el puntillero de “Gallito”. Fue el que, de rodillas frente al morlaco, le dio un cachetazo con la puntilla y el bicho cayó a la arena patas arriba. El 2º de Joselito fue también devuelto, saliendo en sustitución uno de Salas de nombre “Cacharrero”, de capa negroy botinero. Tomó 4 varas de “Carriles” y “Camero” y mató dos caballos. Joselito lo despachó de pinchazo y estocada. Las crónicas destacaron la apatía que mostró “Gallito” esa tarde. A Belmonte también le protestaron y sustituyeron su primer toro. A los de Mejías no pararon de silbarlos.
La última tarde de Joselito (16 de Mayo de 1920, Talavera de la Reina):
Y llegó la aciaga tarde del 16 de mayo en la plaza de Talavera. La corrida se anunció con toros de la Sra. Viuda de Ortega con divisa azul y blanca que, además de ganadera de la población, era prima del cronista Corrochano. Don Venancio Ortega era el hijo mayor y gerente de la vacada, tenía arrendada la plaza de toros durante la Feria y quería estrenarse con el nuevo cruce que había realizado entre vacas de Veragua y un semental de Santa Coloma de nombre “Canastillo”. El Sr. Ortega se preocupó por cerrar un buen cartel y al primero que se lo propuso fue a Sánchez Mejías, que ya conocía sus reses después de haberlas lidiado en el mes de agosto del año anterior en Alcalá de Henares. Además de firmar, el sevillano le propuso a su cuñao Rafael… Pero no pudo ser. Unos dicen que pidió mucho dinero debido a los éxitos que venía cosechando en tardes anteriores; otros como Don Pío cuentan que fue gracias a Don Leandro Villar (buen amigo de Joselito), el que cuando le contó al pequeño de los Gallos que quería que toreara su hermano Rafael en Talavera, éste le dijo:
-¿Y por qué Rafael y no yo?-
-Porque tú eres más caro para Talavera- contestó el Sr. Villar.
– Yo soy el torero más barato, porque soy el de más público- respondió Gallito.
Así que, sea como fuere, se cerró el cartel definitivo: José Gómez Ortega “Joselito” e Ignacio Sánchez Mejías. Además cuentan que D. Leandro le pidió a D. Venancio una subvención de 5.000 ptas, que gustoso le concedió. La noticia llegó a Madrid y levantó ampollas. Joselito tenía cerrada la corrida en la plaza madrileña para el mismo día. Empezaron de nuevo las críticas y los improperios. Y pese a todo, Joselito decidió torear en la plaza que inauguró su padre el 29 de septiembre de 1.890, compartiendo terna con Antonio Harana “Jarana” y lidiando reses de D. Enrique Salamanca. Parte de su tozudez quizá fuera motivada a que también formaba parte de la empresa que organizaba esta estratégica corrida.
Los toros los eligió el Sr. Villar en la finca del “Prado del Arca”, eran todos cinqueños. Sus nombres: “Manigero” (Nº4. Pelo negro), “Golondrino” (Nº1. Jabonero sucio), “Carpintero” (Nº15. Negro), “Batanero” (Nº8. Negro bragao), Bailaor” (Nº7) y “Comisario” (Nº14. Negro bragao). “Carpinetro” al final fue cambiado por “Cuquillo” (Nº13. Pelo negro). Joselito le pidió a su amigo que le dejará el más bonito para el quinto lugar, fue Golondrino. Se escobilló y aún así lo llevaron. Le acabaron sustituyendo por otro “Carpintero” (Nº9. Negro zaino) lidiado en sexto lugar.
El público estaba expectante, el llenó fue total, la entrada se desbordó y los precios se pusieron por las nubes. Se hablaba de que llegaron a alcanzar las 52 ptas dos tendidos del Sol, cuando cada localidad costaba 5 ptas. Salió el quinto, “Bailaor”. Negro, recortadito, algo bizco, cornicorto del derecho. Pesó 295kg en romana. Joselito lo recibió con unos lances sin ganas. En el tercio de varas dicen que arremetió hasta ocho veces a “Farnesio” y a “Carrero”, dejando cuatro caballos muertos. En banderillas también les puso en apuros al “Cuco” y a “Cantimplas”. El bicho empezó a defenderse y ponerse bronco. En el último tercio Joselito empezó por la derecha dando unos pases desconfiaos. Ordena que los peones se retiren: -“¡Quítate Enrique, que eztá er toro contigo, y por ezo no toma la muleta!”- le dijo a su cuñado.
El toro se fue al 1 a defenderse, pegado a un caballo que estaba sin vida en el ruedo. Joselito le intentaba sacar dando pases de tirón. No había manera. Y cuando el de Gelves daba un pasito atrás y manipulaba la muleta, el toro se arrancó. El muchacho adelantó la capa como si quisiera parar el inevitable golpe. El toro le enganchó por el muslo derecho y en el aire le propinó una cornada seca en el bajo vientre. Cayó al suelo herido de muerte. Joselito se contrajo. El toro le buscó en el suelo pero no le prendió. Al intentar levantarse, de rodillas, se llevó las manos a la herida, asomaba algo sanguinolento. Don Pío recoge en su biografía que mientras “Blanquet” le sujetaba del brazo para que no se volviera a desplomar, Joselito, con una tez pálida, le decía:
“-¡Ay, mare mía, qué tengo fuera el intestino! –
– No, hombre, no – respondió Blanquet.
– Sí, que lo he visto – contestó Joselito”.
Corriendo se lo llevaron a la enfermería. Mientras, Joselito con voz débil pedía que avisaran al Dr. Mascarell. Sánchez Mejías despachaba a “Bailaor”. Continuó la lidia del sexto. “Gallito” agonizaba. Sus amigos D. Leandro Villar y D. Darío López salieron dirección Madrid subidos en un flamante Dion del empresario D. Pascual Concustell en busca del famoso Doctor Mascarell.
A Joselito lo tumban y le atienden los médicos de guardia. Según Ángel Herraiz en su libro “La última corrida de Joselito”, allí se encontraban: Sr. Francisco Luque (Médico jefe), Sr. David Ortega (Médico Ayudante), Sr. Leandro Pajares (Médico Suplente), el farmacéutico Sr. Congregado y los practicantes Sres. Navales y Cano. También se encontraban el Sr. Sanguino y el Sr. Muñoz. Al principio hubo un poco de colapso cuando al poquito rato también entró en la enfermería el picador “Zurito chico”. Estaba en coma después de que el sexto toro le derribara de la grupa y su caballo le cayera encima, sufriendo una gran conmoción cerebral.
Una vez organizados los médicos, al de Gelves se le intentaba reanimar con varias inyecciones de cafeína, suero, alcanfor,… pero todo era inútil. Dicen que mientras “Blanquet” le sujetaba la mano cuando le ponían una de ellas, “Gallito” le dijo a su compañero: -¡Suéltame que me ahogo!-. Acto seguido entró en un profundo colapso y el más grande de todos los toreros dejó de existir. El Dr. Francisco Luque redactó el parte facultativo:
“Durante la lidia del 5º toro ha ingresado en la enfermería el espada Jose Gómez “Gallito” que presentaba una herida penetrante en el vientre y región inguinal derecha, con salida de el epiplón, intestino y vejiga y un gran “shock” traumático y probable hemorragia interna, y otra herida en el tercio superior del muslo derecho. La primera gravísima, la segunda de pronóstico reservado”.
Rafael “El Gallo” recibió multitud de telegramas de pésame. Aquí reproduzco dos de ellos. De “Guerrita”:
“Impresionadísimo y verdadero sentimiento te envío mis más sentido pésame. Se acabaron los toros”
De Belmonte:
“Impresionadísimo por la terrible desgracia, de todo corazón me uno a vuestro dolor por la pérdida de tan buen hermano y querido compañero y amigo mío”.
A la mañana siguiente un carruaje blanco tirado por dos caballos le llevó a la estación de tren por las congestionadas calles de Talavera, que se encontraban plagadas de gente inquieta por la noticia. El cuerpo del muchacho llegó a las 17h de la tarde a Madrid, y se condujo el ataúd de caoba y repujado de plata a la casa del diestro en la calle Arrieta número 12, donde permaneció el velatorio hasta la mañana siguiente que fue llevado por el mismo trayecto a la Estación del Mediodía para viajar rumbo a su Sevilla querida. El féretro paseaba por las atestadas calles en una carroza Gran Doumont presidida por un ángel que guiaba el alma del difunto y tirada por ocho caballos negros. Madrid entera salió a despedirse de Joselito “Papa Rey”.
A las 9 de la mañana del día 19 de mayo llegó a la capital andaluza. En la Estación no cabía un alfiler, estaban todos esperándole; sus amigos, los no tanto, los que nunca le vieron torear y los que le seguían con vehemencia. Todos ellos muy apenados por la pérdida del Maestro. Después de un emotivo recorrido por las calles de Sevilla, se le condujo al cementerio de San Fernando donde la ciudad entera se acercó a rendirle su último homenaje. Terminado el velatorio se dispuso enterrarlo en el nicho donde se encontraba su padre, pero no cabía. Se intentó utilizar el de su madre, pero no se pudo por no haber pasado el suficiente tiempo. Así que, fue enterrado en un nicho provisional hasta que se construyera el gran mausoleo del Gran Joselito, situado en el número 6 de la calle Virgen de la Santísima. El reloj marcaba las 14:30h de la tarde.
Tauromaquia de Joselito:
De todo lo que he podido conocer sobre “Gallito” en estos meses de investigación, y para poder describir su tauromaquia de forma breve y sintetizada, recojo lo que me ha parecido más acertado sobre el diestro. Así lo relataba Don Edmundo G. Acebal:
“Joselito” ha sido, quizá, el torero con más repertorio técnico de cuantos ha existido. Esto es lo que hoy algunos llaman torero largo, aunque para mí la longitud del torero no se ve en la cantidad de suertes que domina, sino en la cantidad de dominio que se tiene sobre los toros.
El capote de “Joselito” era portentoso en todos los tercios. Y digo en todos, porque lo era toreando durante el primero de aquellos, a una o dos manos, bien en suertes naturales o cambiadas, en recortes, galleos y adornos; a la verónica o por navarras y hasta en ocurrencias e improvisaciones inspiradas; y en los otros dos restantes tercios, bregaba con maestría para cambiar de terreno al toro o ponerlo en suerte o para hacer los quites, en los que era plural y variadísimo.
Con las banderillas era casi perfecto. “Joselito” realizaba la suerte de forma magistral. Quebraba a un mismo toro por el mismo pitón, en el centro del ruedo, en 4 pares de banderillas. No lo ha habido más fácil con los palos. “Lagartijo”, “Guerrita”, Fuentes y Gaona, en un par, podrían ejecutar la suerte con más belleza y arte, pero no en todos los pares.
Toreando de muleta, podría haberle más poderoso y dominador, más bello, si, naturalmente; pero no más sabio y decidido. Con la fámula era un “emperador”. Lo mismo daba que los toros fueran bravos, mansos, fáciles, broncos, reservones, que pastueños. La espada en cambio le fue muchas veces desleal. Con repetida frecuencia fallaba y deslucía no pocas faenas que iban para memorables. No quiere esto decir que José fuera un estoqueador detestable, sencillamente, no era bueno, y en él, la falta resaltaba más. Ciento de veces practicó la suerte de recibir con negable acierto, y muchas más el volapié con toda corrección y pureza. Su incorregible costumbre, de llevar alta la mano y adelantada la muleta, era un demerito importante.
“Gallito” fue perfecto e impecable como director de lidia, siempre pendiente y bien colocado en todos los tercios”.
Sobre su personalidad mucho se habló de la soberbia de “Gallito” en su afán por convertirse en el más grande del escalafón y de mandar en los ruedos por llenar las plazas en las que se le anunciaba. Don Pío decía que era dignidad profesional. Un amigo sevillano de mi padre que roza los 90 años y que le salieron los dientes viendo toros, dice que su abuelo le contaba que “Joselito era la tijera que mejor cortaba coletas”, refiriéndose a ser el responsable de la retirada de los ruedos de “Bombita” y “Machaquito” en 1913, Vicente Pastor en el 18 y “Cocherito” al año siguiente.
Pero aunque esto fuera cierto, el muchacho también tenía un gran corazón. Los que bien le conocían decían de él que siempre tenía la casa abierta a todo el mundo, sin negar la entrada a nadie. Era el primero en ayudar al que más lo necesitaba. Prueba de ello son la gran cantidad de corridas en las que participó y organizó en beneficio de toreros heridos y para las familias en las que había fallecido alguno de sus compañeros. En una entrevista que concedió Joselito en Lima al Sr. Carlos Solari, revistero de “El Comercio”, apodado “Don Quijote”, el periodista recoge, según testimonio del diestro, una anécdota que le ocurrió en una corrida en Beneficio de la Cruz Roja en Madrid. Según cuenta Joselito al periodista limeño, aquella tarde toreaba con Belmonte y Vázquez. Un compañero, el torero “Minuto”, se encontraba condenado a 6 años de cárcel por una bronca y Joselito tuvo la ocurrencia de salvarlo. Así que organizó a sus compañeros y los tres diestros subieron al palco antes de la corrida. Liderados por el de Gelves, entregaron a la Reina Victoria el pliego firmado por la terna. La Reina lo lee y le dice al torero: “¡Muy bien Joselito, está concedida la gracia!”. Investigando sobre esta anécdota he encontrado la crónica de aquella corrida benéfica, celebrada el 25 de junio de 1919, donde torearon Joselito, Belmonte y “Fortuna”; pero no Vázquez según cuentan “La Lidia” y “El Imparcial”. Quizá a Joselito durante la entrevista no se le quitaba de la cabeza la corrida que tenía que torear al día siguiente, su deseado debut en Lima, y esta vez sí, con “Curro Vázquez”.
Estadísticas de Joselito:
- Fue uno de los toreros de su época que más orejas cortó en Madrid, 17 apéndices.
- Toreó unas 675 corridas, matado unos 1.432 toros.
- 91 toros de Miura estoqueados en 7 años desde su alternativa. “Guerrita” estoqueó 139 en 12 años y “Bombita” en 120 en 14 años.
- El primer novillero con más de 40 corridas toreadas y el primer diestro que con 20 años pasó de las 100 corridas en una temporada.
- Temporadas 1913, 1914, 1915, 1916, 1917 y 1918, líder del escalafón de matadores de toros.
- Le dio la alternativa a 9 toreros en España y uno en Perú e inauguró las plazas de Logroño, La Monumental de Barcelona, la de Sevilla y la de Albacete.
- También se cuenta que fue el responsable de que se tomara la iniciativa de construir la Monumental de Las Ventas.
Cogidas del diestro:
- 1 de septiembre de 1912 en Bilbao. El toro “Escribano” de Don Luis Da Gama, le dio una cornada de 5cm en la parte superior de la pierna izquierda cuando saltaba la barrera.
- 5 de julio de 1914 en Barcelona. “Coletero” de Pérez de la Concha le dio una cornada de 10cm en el muslo derecho y le fracturó la clavícula izquierda.
- 19 de agosto de 1914 en Bilbao. El toro “Guarreto” de Joaquín Murube le provocó una herida en la región axilar izquierda.
- 19 de mayo de 1918 en Zaragoza. Un toro de Santa Coloma le provocó una fractura del metacarpo de la mano derecha.
- 1 de mayo de 1919 en Madrid. “Vizcaino” toro sustituto de los Herederos de Pablo Benjumea le propició una cornada de 8cm en la cara posterior del muslo izquierdo.
Fue una enorme pérdida la muerte de Joselito “Gallito”, porque dejaba de existir un torero que seguramente habría aportado mucho más conocimiento y una gran ciencia taurina al universo del toro bravo. Pero también, su corta e intensa vida en los ruedos y fuera de ellos, nos seduzca para seguir investigando cualquier nueva historia sobre el “Rey de los toreros”, y que sigamos transmitiendo la cultura de un país y la emocionante vida de sus artistas. Descansa en paz “Gallito”. ¡Amén!