EL DOLMEN NEOLITICO DE LA CASCAJA

Un dolmen es una construcción megalítica consistente por lo general en varias losas hincadas en la tierra en posición vertical y una losa cubierta apoyada en ellas en posición horizontal. Fueron construidas durante el final del Neolítico.

El dolmen de la Cascaja es el primero del conjunto dolménico que se sitúa entre la cadena montañosa de Sierra Cantabria y el Toloño al norte y el rio Ebro al sur, todos son muy similares tanto por su orientación como por su construcción. Son del tipo «dolmen de corredor».

Este conjunto de dólmenes, constan de una cámara poligonal con losas de arenisca del terreno, de la que parte un corredor de unos dos metros de longitud en dirección S.E. hasta el borde del túmulo, que está dividido en dos compartimentos. Se conservan todas las piedras de la cubierta. Están considerados como los más antiguos suponiendo ser el origen de la cultura dolménica del país.

El dolmen de la Cascaja fue descubierto por Domingo Fernández de Medrano el 5 de agosto de 1953. Fue excavado por él mismo en compañía de Basilio Osaba. En él se encontró un importante número de restos humanos, restos óseos de animales junto con piezas de sílex, cerámica y una punta de flecha asimétrica de bronce en forma de hoja, también se recogieron restos de 31 sujetos, 8 en el primer sector del corredor, 3 en el segundo y el resto en la cámara principal. Este dolmen se restauró en el momento de su excavación.

El dolmen de la Cascaja está situado a 600 metros de altitud y su estado de conservación es excelente, conservando íntegramente toda la estructura de monumento funerario.

Está situado en el término de la Cascaja, a 500 metros de la aldea de Peciña, perteneciente a la Villa de San Vicente de la Sonsierra y muy cerca del santuario románico de Santa María de la Piscina, a la cual hay que sobrepasar dejándola a la derecha.