RELACIÓN FRUSTRADA

Cálido atardecer
humedad intolerable,
débil luz crepuscular,
reflejo de mi soledad.

En la vereda del lago
vi su figura blanca,
elegante vestido,
airosa complexión,
delicado cuerpo,
estilizado cuello,
risueño rostro oval,
juguetones ojos negros,
rasgos bien formados,
cabellos de negra seda,
estampa cautivadora.

Aún confuso, noté
la inquisitiva mirada
de los vivaces ojos
de una nívea cacatúa
de altivo porte, posando
sin atadura, en el brazo
izquierdo de su dueña.

Mirada de complicidad,
cruzada con una sonrisa
de satisfacción orgullosa,
la deliciosa joven sacaba
a pasear su mascota y
a punto estuvimos de iniciar
una relación amistosa.

Con señorial grandeza
y bien marcada intención,
la cacatúa, chulona, agitó
su original penacho
luciendo todas sus gracias,
su mensaje era bien claro:
no soy mascota de nadie,
el vínculo que nos une
es la vida que vivimos.

Con torpe confusión,
seguimos nuestro camino
en opuestas direcciones,
no supimos liberarnos
de los mundos invasores
de dos distraídas mentes
vagando por opacos sueños
sin relación aparente.

Creación propia es
la soledad del hombre.

Santiago Rupérez
Taipéi, 22-2-2021