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CONFERENCIA DEL DOCTOR SERAFÍN DE ABAJO OLEA

El dia 21 de febrero el Doctor Serafín de Abajo Olea intervino con la conferencia titulada “ La medicina en el Quijote cuando estaba en uso la medicina Hipocratica”. Fue presentado por Luis Fernando Leza, miembro de la Junta Directiva del Centro Riojano de Madrid.

El ponente es doctor en medicina y cirugía por la Universidad de Navarra, especialista en medicina comunitaria y familiar y también en medicina del trabajo. Ha desarrollado su carrera en distintos centros hospitalarios y, además, ha mantenido una dilatada trayectoria de colaboración con la Asociación Española contra el Cáncer.

En su documentada y amena intervención, se refirió a que los remedios de la Escuela hipocrática todavía estaban en práctica en los siglos XVI y XVII. Dicha Escuela sostenía que la enfermedad era el resultado de un desequilibrio en el cuerpo de los cuatro humores o fluidos que en las personas sanas se encontraban naturalmente en una proporción semejante. Cuando los cuatro humores (sangre, bilis negra, bilis amarilla y flema) se desequilibraban, el individuo enfermaba y permanecía enfermo hasta que se recuperaba el equilibrio. La terapia hipocrática se concentraba en restaurar este equilibrio.

Hizo referencia a que en la época de Cervantes los remedios contra los desequilibrios y enfermedades se encontraban en el “Dioscórides”, libro clásico que incluye una amplia farmacopea, y que describe unas 600 plantas medicinales.

El Doctor hizo un completo repaso de la obra cervantina, refiriéndose a los profesionales de la época: cirujanos, practicantes, barberos, sacamuelas,… Informó como actualmente se han identificado las patologías que estaban detrás de los comportamientos y enfermedades que Cervantes describe como sufridos por Don Quijote y por otros personajes de la Obra. También dedicó espacio a los remedios aplicados, en los que tenían un claro protagonismo las purgas, sangrías y paños calientes.

Además de referirse a una infinidad de términos que aparecen en El Quijote para identificar distintos estados patológicos producto de colisiones, peleas y accidentes, que aparecen en la narración cervantina, se detuvo en explicar la composición del famoso Bálsamo de Fierabrás, en el que estaba depositada la confianza de Don Quijote, y al que atribuía milagrosas dotes sanadoras, en la que entraban, en proporción no identificada, el romero, aceite, cloruro sódico y vino.

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