Presentación para Revista Rioja Digital

El pasado miércoles 25 de noviembre, tuve la inmensa alegría de presentarme en el Centro Riojano de Madrid donde impartí en primicia rompiendo con la tradición y valga la redundancia, mi primera conferencia titulada: “El lenguaje de las Emociones”, invitada por su Presidente D. José Antonio Rupérez Caño.

Parafraseando al Dr. Antonio Damasio, célebre Neurocientífico, las Emociones son nuestra salvación sin ellas no sobreviviríamos un solo segundo. El ser humano es un conjunto de emociones buenas y menos buenas, conociéndolas, nos  pueden orientar para llevar una vida de mejor calidad con nosotros mismos y con los otros. Por eso: ¿Cuál es su utilidad? ¿Cómo beneficia en la relación entre hombre-mujer?

La mayoría vivimos, actuamos en modo automático; son gestos, caminos, costumbres  aprendidos, repetitivos lo que llamamos “Creencias”, algunas son propias y la mayoría de otros como la familia, la escuela, los amigos, en fin la sociedad en general. Desde la pequeña infancia nos desarrollamos con total naturalidad en ese entorno idílico que nos proporciona la educación donde forjamos nuestra personalidad social así como nuestra polaridad.

Las hay “limitantes”, emociones que frenan, manifiestan nuestros miedos, paralizan, impidiendo nuestro crecimiento hacia más allá, fuera de lo familiar y “potenciadoras” las que manifiestan nuestras necesidades, las que nos sacan de, sacuden nuestro interior llevándonos a un amplio espectro desconocido de posibilidades. La importancia de reconocer nuestras emociones tiene como consecuencia el evitar disgustos inútiles o simplemente considerar incluso aquel acto inapropiado, aquella decisión a tomar. Luego la Inteligencia Emocional nos beneficia mucho, nos acerca al otro con comprensión, en la relación con  la familia, la pareja, las amistades, e incluso en el trabajo.

A la vista de la coyuntura mundial que vivimos, el Lenguaje más conocido como la Inteligencia Emocional toma un cariz importantísimo en la evolución de los seres humanos ya que vamos a funcionar en “Redes” de comunicación, necesitaremos cada vez mejorar este aspecto de nuestra vida; en esta conferencia hago hincapié en la comprensión del contexto situacional antes de emitir cualquier conclusión precipitada que pueda deteriorar la relación.

Durante más de 20 años desempeñé mi trabajo en el entorno de la consultoría, como intérprete, traductora o acompañando a empresarios durante las relaciones comerciales. Estas experiencias, todas enriquecedoras, me llevan a estudiar y comprender hoy la importancia de las emociones, entonces conocidas como orgullo, ego, prepotencia, soberbia, desconfianza, diferencias culturales, miedos, etc… son simplemente juego de Emociones.

De lleno en la vorágine de los cambios socioeconómicos globales, también llega la recompensa a mi búsqueda interior al descubrir el libro de Tony Robbins: “Poder sin Límites”, todo un revelador para una mente inquieta como la mía. Inicio así un camino de transformación hasta  mi reconversión en coach creciendo más y más aun en mi visión y misión de vida.

Hoy asumo esta misión de transformación con responsabilidad porque estoy en mi camino de Ser para servir como modelo de ese cambio y ayudar a otros a alcanzar su empoderamiento siguiendo los pasos sencillos del juego emocional sin tropiezos, ni dolor, y sorteando sus trampas con dulzura y amor.

El ecosistema espiritual se centra en el optimismo concienzudo, el cual me conecta con la gente para responder a sus necesidades, a las empresas con proyectos personalizados. Mi larga experiencia constituye un recurso fundamental que me permite desarrollar, junto con las herramientas de la Programación Neurolingüística, las capacidades necesarias para un acompañamiento integral en el logro de la transformación deseada.

En las sociedades humanas actuales, todas ellas más o menos occidentalizadas, se habla mucho de talento, de dones y poco de valores.

Puede que el modo de funcionar haya cambiado o evolucionado con las tecnologías; sin embargo, los valores permanecen siendo los mismos desde tiempos pasados. Pongo mi talento y mi don en la cesta de valores como el mensaje a transmitir al mundo, apostando por un futuro de bienestar armonioso para toda la humanidad.

Independientemente de los algoritmos de la robótica, la Inteligencia Humana permanece suprema sobre cualquier otro valor porque ella elabora esos robots que nunca podrán asumir: la intuición, la voluntad, la comprensión, el coraje, la imaginación, la gratitud, la humildad, compasión, la ternura, la visión, el respeto, la paciencia, el amor que sólo forman parte de la misma esencia vital: las emociones.